El clima frío puede ser duro para la piel y la sequedad en invierno puede causar o agravar una serie de afecciones de la piel. Los efectos menos conocidos del clima invernal incluyen reacciones alérgicas y la propagación de infecciones que también desencadenan problemas cutáneos.
Las condiciones invernales pueden ser una tormenta perfecta para favorecer la piel seca e irritada. Tanto el clima invernal como las calefacciones le restan humedad a la piel y algunos materiales habituales, como la lana de invierno, pueden causar irritación.
Los efectos del clima invernal en la piel van desde problemas cutáneos que todos reconocemos o hemos experimentado, como acné y labios agrietados, hasta brotes de afecciones cutáneas preexistentes como rosácea, psoriasis…
Clima frío y afecciones cutáneas preexistentes
Muchas personas han aprendido a convivir con diferentes afecciones de la piel durante todo el año. Se estima que 1 de cada 5 niños y 1 de cada 10 adultos tienen dermatitis atópica, la forma más común de eccema que causa manchas rojas, secas y con picazón en la piel.
Asimismo, más del 80% de las personas que viven con eccema grave en adultos sienten que controlar la afección afecta su vida diaria.
La psoriasis es otra afección común de la piel que produce manchas rojas y escamosas. Según la Fundación Británica del Corazón, afecta a alrededor de 1 de cada 50 personas.
La psoriasis y el eccema son solo dos de una serie de problemas cutáneos a largo plazo que el invierno puede exacerbar, lo que hace que una gran cantidad de personas luchen con sus afecciones durante estos meses.
Clima frío y condiciones de piel seca
Durante el invierno, el organismo pasa meses alternando constantemente entre temperaturas exteriores frías y habitaciones cálidas con calefacción. El problema es que ambos ambientes secan la piel y esto puede causar o exacerbar las condiciones de la piel seca.
La piel en verano tiende a ser más delgada y más hidratada, ya que el aire caliente retiene más humedad y las glándulas productoras de aceite (glándulas sebáceas) producen más aceites naturales que mantén la piel tersa.
La producción de sebo se reduce durante el invierno y, combinado con el frío y el viento, el efecto de secado puede ser demasiado para la piel. Es la razón, por la que la sequedad reaviva en invierno.
Eczema
Muchos estudios respaldan la relación entre el resfriado y el riesgo de brotes en personas con dermatitis atópica.
La sequedad es el síntoma principal sin importar la época del año y, por lo tanto, cuando el clima invernal produce más sequedad, las personas con eczema pueden experimentar un brote de síntomas.
Utilizar muchos humectantes en las áreas expuestas antes de salir puede resultar crucial. Si las espinillas también se ven un poco secas y escamosas, usar emolientes en estas áreas puede resultar beneficioso.
Asimismo, es importante aplicar el humectante en dirección al vello para evitar obstruir los poros.
Para brotes de eczema más severos, los médicos de cabecera pueden recetar medicamentos como cremas tópicas con cortisona, medicamentos que reducen la inflamación, cremas protectoras para la piel o medicamentos que alteran el sistema inmunológico.
Labios agrietados
Aunque es una queja relativamente menor, los labios agrietados son un efecto secundario común de la piel seca en invierno. Es probable que los labios se sequen porque la cara generalmente está expuesta a los elementos y porque tienen una capa muy delgada de piel que es propensa a partirse cuando se seca con el frío.
Esto se previene con bálsamos labiales humectantes que hidratan los labios. Algunos bálsamos labiales incluso contienen medicamentos curativos y antiinflamatorios que pueden aliviar el dolor de labios.